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LA BAILARINA Y EL ABEJORRO

MUCHO MÁS QUE DANZA

 

 

     Esta historia que relato ocurrió en la antigua India, en una época en que su gloria y luz milenarias se encontraban en decadencia y ya cercanas al ocaso.

     Como consecuencia los seguidores de Rávana, practicantes del uso egoísta del conocimiento ancestral, habían dado lugar al nacimiento de la magia negra y aumentaban sin cesar su poder e influencia sobre la sociedad.

     Esto ocurría en detrimento de las antiguas y puras tradiciones sacerdotales,  cuyas órdenes habían sido depositarias, guardianas y administradoras, de los antiquísimos conocimientos y prácticas que se perdían en la noche de los siglos y que habían permitido que India fuera durante milenios un lugar especial, donde pudieron darse elevadas expresiones de las capacidades humanas tanto a nivel individual como social.

     Muestra de ello eran las bellas ciudades que todavía perduraban con sus grandiosos templos, palacios y jardines a orillas del sagrado río Ganges, recordando así al resto del mundo el pasado esplendor de aquella avanzada civilización plena de abundancia, paz y armonía.

     Estos sirvientes de Rávana habían comenzado a infiltrarse en las diversas castas sociales e incluso en los herméticos templos y escuelas regidas por los sacerdotes “brahmanes” y las sacerdotisas “devi-dasis” y hasta en el mismo consejo de gobierno del Rey, consiguiendo así influirle en  las decisiones y dirección de su país.

     En el tiempo en el que comienza nuestro relato, entre los médicos que atendían las necesidades de la familia real se encontraba Dhanu, sabio doctor de la antiquísima medicina ayurvédica y de los profundos conocimientos filosóficos y espirituales del “Vedanta”, que era especialmente valorado por la eficiencia en su labor.

     No sólo era apreciado por el rey y su familia, sino también  por muchas gentes del pueblo, sobre todo por los más pobres y desvalidos, que recibían su atención desinteresada no sólo como sanador de los cuerpos sino también de las almas gracias a sus sabios consejos en muchos aspectos de la vida.

     Dhanu y su esposa Varaji vivían modestamente en una casa próxima a las orillas del Ganges, cercana también al palacio real. Estaban muy enamorados y eran muy felices y fruto de su matrimonio tenían una bella hija llamada Tara que tenía entonces siete años de edad.

     En aquel tiempo el Emperador también tenía una hija de la misma edad que se llamaba Kanti.

Al tener la misma edad y vivir próximas, a pesar de la diferencia de casta, como quiera que Tara era considerada de confianza al ser hija del médico real, se les permitía jugar y por ello era frecuente verlas juntas en los aposentos y jardines del palacio.

     Los años compartidos hicieron que ambas mantuvieran una relación estrecha y poco antes de su llegada a la pubertad fueron iniciadas a la vez en el arte de la danza por las maestras devi-dasis de los templos, pues ambas manifestaron prontamente su inclinación y gusto por ella.

     Con el paso del tiempo, cuando ya comenzaron a dominar este arte, solían compartir muchas ocasiones señaladas bailando juntas en ceremonias que se realizaban en presencia de la familia real.

     Tara era bella, de cuerpo esbelto y gracioso, rostro fino y delicado en el que destacaban especialmente unos ojos grandes y negros de mirada profunda y serena cuyas chispeantes pupilas recordaban el significado de su nombre, el de la Diosa que brilla en el oscuro firmamento nocturno rasgándolo como brillante estrella.

     Tara era de temperamento dulce y alegre, muy generosa y compasiva, al igual que lo eran sus padres.

La naturaleza también había otorgado a Kanti, una extraordinaria belleza pero a diferencia de Tara, era de cuerpo más atlético, exuberante y sensual. Era muy inteligente y tenía un fuerte carácter que le traicionaba con frecuencia por ser excesivamente caprichosa e incluso en ocasiones hasta cruel, especialmente con sus sirvientes.

Kanti desde la cuna había recibido siempre una refinada y esmerada educación y nunca le había faltado de nada pero sin embargo no había recibido de sus distantes y ocupados padres, unidos por razones de gobierno, el amor y la calidez necesarias para el alimento y crecimiento armonioso de su alma, y las consecuencias se iban reflejando con el paso de los años en el desarrollo de una personalidad cada vez más variable, ansiosa, posesiva e insatisfecha.

    Ello contrastaba con la dulce y equilibrada personalidad de Tara, que desde la cuna se había embebido del amor de sus padres que siempre impregnaba la vida familiar de su humilde hogar.

     Como consecuencia a veces en los momentos que compartían juntas, Kanti en sus momentos de mal humor trataba con cierto desprecio a Tara, que acostumbrada a sus constantes cambios no les concedía importancia y la soportaba con paciencia.

     De hecho Kanti comenzó con el tiempo a alimentar cierta envidia secreta hacia Tara, pues en ocasiones se comparaba con ella y no soportaba que se ganase en algún momento la atención de los demás por encima de la suya, pues se consideraba superior,  y además consideraba el carácter compasivo y dulce de Tara como una debilidad y no como una virtud.

     Pero algo tenían en común y es que pronto ambas resultaron tener grandes cualidades para la danza y se entregaban a ella con pasión.

     En su aprendizaje y desenvolvimiento, Kanti había demostrado un especial talento fácilmente reconocido, lo cual le brindaba mucha satisfacción.

     Pronto, aunque sin darse cuenta, Kanti encontró que a través de la danza ganaba una atención, valoración y reconocimiento, que la hacían sentirse valiosa, proporcionándole un sentimiento de plenitud que de algún modo parecía llenar el vacío que desde siempre albergaba en su alma…. Que en realidad no era otra cosa que el resultado de no haber conocido ni recibido amor verdadero…

     La atención, la admiración y reconocimiento de los demás fueron sustituyendo esa carencia...

Esto la empujó ya en su rebosante juventud a dedicarse con ambición a la danza y pronto la ceguera que le ocasionaba su ansiedad hizo que viera como un estorbo a todas aquellas compañeras que pudieran hacerle sombra o mermar un tanto su atención.

     Incluyo pronto también a Tara, pues su gracia y feminidad destacaban sobremanera.

Un día y cuando ambas eran ya expertas bailarinas, después de la celebración de un festival cósmico en el que los brahmanes y devi-dasis de los templos habían realizado ante la familia real y el pueblo sus tradicionales danzas sagradas, el rey realizó algunos comentarios destacando la gracia del baile de Tara, que provocaron el desbordamiento de los celos de Kanti.

     A partir de ese momento ella buscó el modo de conseguir su expulsión de la escuela de las devi-dasis para que nunca más pudiera ganarse la atención de su padre ni la de nadie cercano a ella y utilizó su influencia hasta que finalmente lo consiguió y Tara fue apartada.

     Quedó desolada por ello pero sus padres y seres queridos la animaron a continuar adelante no abandonando la danza y tras un periodo de reflexión decidió seguir el ejemplo de su padre como el mejor modo de continuar, es decir enseñando y compartiendo desinteresadamente los conocimientos que había adquirido sobre la danza con todas aquellas mujeres de las clases humildes que lo desearan y no tuvieran acceso por aquel entonces a las escuelas de los templos, lo cual constituiría una acción totalmente revolucionaria para su tiempo y tradición.

     Empezó impartiendo sus clases en un bello paraje al aire libre, teniendo como entorno la naturaleza y las orillas del Ganges. Después su padre habilitó también un viejo almacén de grano para que pudiera utilizarlo en los días de lluvia.

     Al cabo de unos años lograron reunirse un significativo grupo de compañeras que destacaban por su entusiasmo y entrega a la danza, lo cual atrajo la atención de algunas maestras devi-dasis de los templos que decidieron apoyarlas dedicándoles secretamente parte de su tiempo disponible.

    Como consecuencia pronto el número de alumnas llegó a ser enorme y se vieron obligadas a organizarse creando un centro y escuela de danza que fue situado en el barrio de los tejedores de la ciudad. La fama de la escuela finalmente no sólo había atraído a mujeres de condición humilde, sino también a las de clases más pudientes, por lo que  los gastos de la escuela eran sufragados por sus aportaciones, permitiendo así acceder y participar gratuitamente en ella a las más pobres.

     En su desenvolvimiento y organización interior no se hacían diferenciaciones de clases, todas eran consideradas compañeras por igual y para evitar signos de diferenciación usaban sencillos pero delicados y elegantes vestidos que realzaban su belleza y feminidad.

     El espíritu fundamental que las animaba era el de poder aprender y compartir juntas por igual el sagrado arte de la danza que tanto embellece el alma conforme se va armonizando con el cuerpo.

     Las maestras con sabiduría les enseñaban y recordaban con tesón e incansablemente como lo fundamental no era que se obsesionaran en la búsqueda de perfección en las técnicas del movimiento, que llegaría inevitablemente con el paso del tiempo en el ejercicio y desarrollo paciente de la atención y la voluntad.

     Señalaban claramente que lo importante primero era ir descubriendo, comprendiendo y experimentando en sí mismas, en su interior, los conocimientos entregados en la escuela sobre su propia alma, la naturaleza humana, y su relación con las leyes que rigen su vida y el Cosmos, para poder después expresarlos gradualmente a través de la danza con verdadera conciencia e intenso sentimiento.

     Al hacerlo así disfrutarían de las sensaciones internas y también de los estados superiores de conciencia resultantes. Estos irían  despertando en la combinación armoniosa de idea, música y movimiento..., vibración y sentimiento.

     Así las devi-dasis interpretaban y expresaban en su danza representaciones de los misterios de la vida y de la muerte, del aprendizaje y desarrollo del alma humana en su descenso e incorporación a la materia, de las leyes de la madre Naturaleza, de los ciclos, ritmos y movimientos cósmicos y su relación con el peregrinaje del alma humana, del antagonismo de las fuerzas opuestas del bien y del mal, y otros incontables y valiosos conocimientos…

     Mujeres de todas las edades y condición podían aprender este arte y participar en las danzas, en la medida de sus posibilidades, y aunque no se descuidaba la disciplina y el desarrollo esmerado en el aprendizaje de las técnicas y su máxima expresión entre las más capaces, no se establecían por ello diferencias que hacían sentir separaciones, si no por el contrario un sentimiento de participación en un todo bello e importante en cuyo conjunto todas tenían que representar su necesario papel en la transmisión de este saber.

     Todo esto fue creando y alimentando entre ellas un vínculo de comunión y hermandad, de verdadera humanidad, y paulatinamente la escuela fue alcanzando una fama que llegó finalmente a los oídos de la familia real y… de Kanti, lo cual despertó todavía más su envidia.

     Entonces se gestó en ella el secreto deseo de demostrarse a sí misma y a los demás de modo indudable y definitivo que ella era la mejor y que podría crear una escuela superior, puesto que contaba con más riqueza y poder que Tara.

     Pero para diferenciarse pensó que debía de crear un estilo de danza propio y diferente, que pudiera impactar a la familia real, al pueblo, y que superara con creces a la escuela creada por Tara y sus compañeras, que todavía continuaban el estilo tradicional milenario.

     Para ello ideó que solamente podrían acceder a su escuela aquellas bailarinas que demostraran una especial condición física y belleza, así como que estuvieran dispuestas a sacrificarse y a someterse a una rigurosa disciplina, valorando y apreciando la distinción de pertenecer a una escuela tan selecta.

     Para fomentar el esfuerzo por desarrollarse, se estimulaba a las alumnas y aspirantes mediante el uso de la sutil trampa que genera el contraste entre la aprobación o la dura crítica de las instructoras, que representaban siempre el ideal a alcanzar en la figura de Kanti.

     La idea fundamental a inculcar, era la importancia de la búsqueda de la perfección en los movimientos y la obtención del reconocimiento de sus logros por Kanti. Esto alimentaría entre las componentes de su escuela el sentimiento oculto de la comparación y la competitividad que las impulsaría a progresar en la búsqueda del éxito.

     Para distinguirse claramente de la escuela de Tara, las integrantes utilizaban ricos y fastuosos vestidos, con gran cantidad de extraños adornos y abalorios, que hacían que en el conjunto predominará la sofisticación así como también la sensualidad de las formas femeninas.

     Kanti dejándose influenciar por algunas seguidoras de Rávana, empezó así a dar forma a un nuevo estilo de danza en India, que rompía con las tradiciones sagradas bajo el imperativo de la necesidad de la renovación y la creación de formas nuevas y espectaculares.

     Predominaban la vistosidad estética, la fastuosidad, la dificultad y espectacularidad por encima de cualquier otra consideración de una posible entrega de un conocimiento superior.

     Las bailarinas ejecutaban movimientos a través de los cuales podían exhibir ante todo su absoluto control del cuerpo, mediante contorsiones difíciles y espectaculares, en las que no faltaban incluso expresiones de tipo sexual.

     La idea fundamental era la de subyugar los sentidos externos de quienes contemplaran dichas danzas y… lo consiguieron.

     Pronto también para satisfacción de la orden de seguidores de Rávana, esta escuela y su nuevo concepto de danza consiguió ganarse el aprecio y valoración de muchos.

     Como resultado de su éxito Kanti fue alimentado en sí misma la egolatría y finalmente engañando a su padre el rey con diferentes excusas que encubrían su verdadera finalidad, consiguió su permiso para modificar y reformar las danzas tradicionales de los templos, que consideraba inútiles, con el secreto deseo de abolirlas y borrar así cualquier expresión que pudiera representar y recordar a la escuela de Tara.

     Todo ello era fomentado constantemente por los seguidores de Rávana que deseaban acabar con cualquier forma de conocimiento ancestral que constituyera un impedimento a su intención de generar una decadencia social en India en la que luego ellos pudieran implantar progresivamente un nuevo orden de vida, sometido a su dirección y poder, que incluía las esferas del arte y la danza.

      Después de iniciada la reforma oficial de la danza en todos los templos y escuelas, con motivo de la entrada en la primavera llegó la fecha de celebración de un nuevo festival cósmico, el “Holi”, y durante los festejos la única escuela que con valentía siguió representando la antigua tradición fue la de Tara.

     Aunque la nueva forma de danza representada por Kanti captó la atención de muchos, también los había bastantes que conocían el valor de las antiguas tradiciones y que no estaban de acuerdo con su reforma o supresión. Y así se comenzó a crearse una división de opiniones en el pueblo.

     La corriente artística mantenida por Tara como consecuencia recibió también la llegada de más bailarinas y maestras devi-dasis que se negaban a aceptar las nuevas formas impuestas por Kanti.

     Esto la irritó mucho, pues no esperaba encontrar tanta oposición a sus deseos y un aumento cada vez más significativo de adhesiones a la que consideraba su molesta rival, y llevada por su creciente desprecio, orgullo e incluso odio por Tara, para tratar de dañarla, maquinó e intrigó hasta conseguir mediante falsedades que su padre Dhanu, fuera alejado del servicio de la familia real como médico.

     Tara quedó totalmente apenada por este hecho, y aunque su padre trató de tranquilizarla, la noche del mismo día en que recibió la triste noticia se acostó en su lecho sollozando sintiéndose culpable por lo ocurrido.

     Llegó a pensar que había sido un error mostrarse públicamente en desacuerdo con Kanti, e incluso en su mente escenificaba ideas en las que abandonaba la danza y su escuela y acudía a suplicar a Kanti  que hiciera regresar a su padre al servicio de la familia real.

     Finalmente de madrugada rendida por el cansancio,  recordando y recitando el nombre de la divina madre Deví, se refugió en ella encomendándose y pidiéndole comprensión y ayuda para esta triste y confusa situación.

     Durante la noche soñó que regresaba a aquel jardín junto al río Ganges donde cuando era muy jovencita comenzó a recibir las primeras las clases como alumna y en las que tanto abundaban las flores, las mariposas e insectos de todas clases. Su mirada se posó entonces en una enorme flor de loto rosado que atrajo su atención y que a pesar de la distancia emanaba intensos efluvios de exquisito perfume.

     Se aproximó a ella con la intención de aspirar su aroma y entonces descubrió que en su centro había un abejorro recogiendo el polen de sus pistilos.

     De repente éste se giró y como contemplándola se quedó inmóvil moviendo únicamente sus antenas… Entonces escuchó una dulce y suave vocecita que provenía no del exterior si no del interior de su corazón, pero que simultáneamente parecía también originarse en el abejorro y que le decía:

 

       “No sufras y no temas, porque los Dioses van a poner todo en su lugar ya que han comprobado que todavía quedan personas en India que valoran los antiguos misterios de sabiduría, y que mediante estos hechos han sido sometidos a prueba, y además tu padre volverá a ocupar su lugar en la familia real” “No debes abandonar la escuela de danza si no impulsarla para bien de muchos impidiendo de este modo que se olvide su verdadero sentido” “Te preguntas ahora como va a ser posible que la situación cambie habiendo llegado a este extremo y sin embargo te digo que este simple insecto va a cambiar el destino y curso de los acontecimientos, pues los Dioses para ejemplo y lección de los humanos que puedan comprenderlo, tienen poder para utilizar las cosas más pequeñas e insignificantes para dirigir sus destinos”.

 

     Ella quedó sorprendida, preguntándose qué sentido podía tener atribuir a un insignificante y simple insecto tanto poder… Entonces repentinamente el abejorro echó a volar alejándose en dirección del palacio real… Y en ese momento Tara se despertó de su sueño.

     Todavía estaba amaneciendo… se sintió reconfortada y en paz interior… y se preguntó si el sueño podría tener algún significado real y era la respuesta a sus plegarias o podía ser únicamente el resultado de sus preocupaciones.

     Tras lavarse se dirigió al jardín de su casa para realizar sus oraciones matutinas. Mientras realizaba las postraciones rituales en dirección a la salida del disco Solar, en las que siete veces pronunciaba y entonaba suavemente el mantram o palabras de poder: “Om Tare Tuttare Ture Soha” haciendo vibrar así el sonido en su interior, al terminar descubrió asombrada que frente a ella y sobre una flor del jardín idéntica a la de su sueño había un abejorro… Y se estremeció...!!!

     El insecto tal como había visto en su sueño, se giró y adoptó la misma posición y por un momento comenzó a hacer zumbar intermitentemente sus alas... como expresando de este modo su lenguaje… hasta que repentinamente se elevó interponiéndose entre ella y su vista del Sol, y tras rodearla en un vuelo circular se alejó en dirección al palacio real.

     Tara quedó asombrada y de inmediato agradeció a Deví y a los Dioses lo que ahora sentía como una señal, una respuesta real y no una mera coincidencia, quedando así esperanzada en lo que a partir de ese momento podría suceder…

     Al cabo de unos días, sirvientes de la familia real acudieron a su casa en busca de su padre requiriéndole urgentemente su servicio en el palacio… lo cual sobresalto y llenó de alegría a Tara pues comprendió, que por fin más allá de las dudas que comenzaban a asaltar su mente con el paso del tiempo, finalmente la señal recibida tenía sentido.

     Cuando por la noche regresó su padre al hogar con gran alegría relató a su esposa y su hija lo ocurrido: resultaba que Kanti estaba gravemente enferma y los médicos oficiales a pesar de sus esfuerzos no habían conseguido sanarla, motivo por el cual como último recurso habían optado por llamarlo a él.

     Al parecer varios días antes, cuando Kanti se encontraba en los jardines del palacio, al arrancar una flor descubrió que entre sus pétalos había un abejorro que la molestó por lo que le propinó un manotazo que lo derribó al suelo, y cuando se disponía a aplastarlo con su pie, éste más rápido le clavó su aguijón en el tobillo y logró huir.

     Al parecer al ser alérgica al ácido que le había sido inyectado se le había inflamado enormemente y después ulcerado, no respondiendo a los tratamientos de los médicos.

     Éstos temían que al no poder detener el proceso Kanti pudiera perder el pie o la pierna en el mejor de los casos y de este modo era claro entre otras cosas, que ya nunca más podría volver a danzar.

     Kanti en el fondo de su alma y su corazón comprendió que el hecho no era fortuito y la amarga medicina del dolor comenzó a hacer efecto sobre ella despertando los remordimientos de su conciencia.

     Tener que recibir la asistencia médica del padre de Tara era para ella además toda una humillación,  pero ya no le quedaba otra esperanza y su conciencia comenzaba a decirle que había algún motivo no casual en ello.

     También lo ocurrido había hecho reflexionar a los padres  y por ese motivo finalmente habían decidido llamar a Dhanu.

     Éste al asistirla le diagnosticó que no sólo había enfermado su pierna sino que también lo había hecho su alma y que por eso no respondía a los tratamientos médicos habituales, y que mientras no actuaran sobre ella con la colaboración y entendimiento de la enferma, cualquier intento de remedio sobre la pierna sería inútil e incluso era muy posible que perdiera la vida.

     Kanti vencida por el temor le preguntó entonces cual era el origen de la enfermedad de su alma… Dhanu accedió a contestarle y pidió a los padres que vinieran a escuchar su respuesta a lo cual accedieron y cuando estuvieron juntos les explicó que el origen del mal era la “falta de amor”.

     Muy sorprendidos Kanti y sus padres por tal respuesta preguntaron cómo eso podía haber originado una enfermedad así…Dhanu les explicó como la ausencia de amor había creado en la infancia de Kanti una angustia en su alma, un vacío que ella después buscó colmar mediante la sensación y el sentimiento de plenitud que le producía la atención y la admiración de los demás, entre otras cosas mediante su reconocimiento en la danza y el miedo que inspiraba el poder de su posición.

     Como ello le daba una seguridad y satisfacción sólo pasajeras, después se volvía a realzar una y otra vez su vacío y su rabia, por lo que para compensarlo volcaba todo su deseo y ambición en buscar admiradores y encontraba como culpables u odiosos a todos aquellos que no la compensaran como ella deseaba.

     Esto la había hecho presa fácil después de las sutiles influencias negativas de las personas impulsadas por los asuras o demonios, como era el caso de los seguidores de Rávana, que impulsaron el proceso hasta  llegar a enfermar el alma de Kanti con el veneno de tantos sentimientos negativos.

     Las fuerzas del destino y las leyes naturales de causa y efecto, el karma, finalmente habían reflejado dicho envenenamiento en el proceso alérgico que estaba sufriendo Kanti en su pierna, y por este motivo para poder sanarla primeramente tenían que ser eliminadas las causas de modo que después pudieran hacer efecto las medicinas y ungüentos que debían aplicarse en estos casos, así como también era necesario esforzarse y remediar todas las consecuencias negativas que habían sufrido tantas personas como resultado.

     Kanti y sus padres escucharon con dolor la explicación sabiendo que en el fondo el sabio médico de cuerpos y almas había tenido la valentía de decir la verdad a los mismos reyes de India, y éstos arrepentidos reconocieron su error y ante los antiguos Dioses juraron con determinación enmendar sus errores y hacer lo necesario para ello.

     Kanti quedó asombrada por la explicación de Dhanu que golpeó e impactó profundamente su conciencia comprendiendo al fin que efectivamente ello era así… no había conocido nunca lo que era el amor…

     Su súbita comprensión se grabó a fuego entonces en su alma, lo cual se realzó cuando sus padres sollozando arrepentidos se abrazaron a ella pidiéndole perdón esta vez con amor… era la primera vez que lo experimentaban… que lo hacían los tres juntos y a la vez…

     Entonces en ese preciso momento y bajo la influencia secreta y purificadora que emanaba del alma de Dhanu, en realidad maestro espiritual oculto y adepto de la sabiduría de Vedanta, se dio la oportunidad adecuada para que el poder de los Dioses produjera la transmutación adecuada en las almas y corazones de los tres, ahora por fin abiertos, que sintiendo una gran renovación y liberación experimentaban la belleza y grandeza de la presencia del espíritu puro en su interior, emanando amor como lo hacía la luz del Sol…

     En los días siguientes Kanti respondió a los tratamientos médicos y arrepentida llamó a Tara a su presencia… Al verla se estremeció al tomar conciencia de los injusta que había sido y le pidió perdón, solicitándole humildemente ser aceptada en su sencilla y bella escuela… con la promesa de que se entregaría a ella con toda su alma para impulsarla.

     Tara emocionada comprendió entonces como detrás de este sacrificio en su persona y familia a través de la injusticia y humillación sufridas, al final iba a haber un gran beneficio para todos y emocionada abrazó a Kanti diciéndole que no había mayor regalo para ella que poder volver a bailar juntas como cuando jugaban y eran niñas inocentes… sólo que ahora las dos eran más sabias tras la lección aprendida.

     Así con el apoyo de la familia real fue restaurado el antiguo orden y tradición en el arte de la danza y otras artes en los sagrados templos, pero esta vez con más valor y comprensión.

     La escuela de danza de Tara y Kanti… de las devi-dasis sagradas, fue entonces apoyada por los brahmanes y sacerdotisas así como por el pueblo,  brillando con renovado esplendor al contener y expresar las enseñanzas de los verdaderos valores humanos y espirituales que habían sustentado durante milenios la ancestral India; y así durante muchos años, bajo la bóveda celeste, Brahma, Vishnú, Shiva y el resto de los Dioses contemplaron con satisfacción el desarrollo de los destinos humanos, pero… ¿hemos llegado al final de esta historia ?

 

 

 

EPITAFIO

 

       Los seguidores de Rávana esta vez perdieron la batalla y debieron de retirarse a las sombras, desde donde siguieron maquinando, esperando su oportunidad de que finalmente dominara la debilidad humana… lo que ocurrió varias décadas más tarde bajo el reinado de otra familia real, consiguiendo así su objetivo.

     Entonces el verdadero sentido del arte de la danza sagrada de los misterios de India fue perdido y olvidado paulatinamente por la mayoría… quedando así relegada su conservación a unos pocos maestros y maestras devi-dasis que permanecieron fieles a su compromiso… y así es como nos ha llegado hasta nuestros días…

     Sin embargo los Dioses saben bien que en el curso de la existencia, los espíritus ocupando sus receptáculos humanos, en su aprendizaje y peregrinaje viajando a través del sagrado espacio del Cosmos, alternativamente atraviesan luz y oscuridad, por lo que mientras en algunas pocas almas perdure un confuso y leve recuerdo de aquellas lejanas épocas, que anhelante puje por expresarse, todavía hay esperanza…

     Así en un futuro, cuando los astros lo favorezcan, su chispa divina prenderá nuevamente en ellas y resurgirán otra vez los misterios de la Luz y del  Amor, y las devi-dasis de aquellos tiempos ahora reencarnadas, recuperarán el recuerdo de su verdadera identidad, de su Ser, y volverán a expresarse a través del sagrado arte de la danza….

                                                     

FIN…

 

 

 

 

Dedicado a quienes en su danza de la vida luchan por “recordar”…   E. Moreno

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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